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03 noviembre 2006

Los traspapelados

El título se refiere, ni más ni menos, a los que se perdieron entre los papeles. Uno piensa que no existen, que son pura ilusión o algo así como una forma de tapar otras cosas, pero no, existen y mucho. La gente entre los papeles es aquella que habita en la celulosa, blanca, rayada, y muchas veces con dos agujeros a los costados, también de tamaño A4 o Carta, o la muy temida Legal.

Esa gente, los traspapelados, muchas veces se pierden al cerrar los libros, como planteaba Borges, porque las letras se mezclan cuando dejamos de leer y cerramos el libro y se confunden unos con otros, tal como nos confundimos a veces y le echamos la culpa al traspapeleo.

Muchas veces, se les dice “limados”, cuando en realidad son un diamante en bruto y nunca en su vida vieron una lima; aunque sí estuvieron cerca de una cortadora de césped.

Un limado es, en realidad, quién fue tomado por las grandes manos de la realidad y pulido, lijado por la enorme lima que deja a uno del tamaño perfecto para caber en los casilleros cuadrados y beiges de la monotonía o la politonía, o lo que sea.

Esa gente no limada pero traspapelada, rompe el papel finalmente porque al no tener las puntas limadas, son nocivos para la débil celulosa, y se escapan, por ahí, para así al día siguiente traspapelarse de nuevo, porque son incorregibles, realmente.